acá la diferencia la hacés
porque me leés,
ese es el único
robo que cometiste

después
pagaste
con obsequios
cada una de las veces
en que me senté
sobre tus rodillas
o sobre tu cara
para hacerte feliz

y yo volvía contenta
con flores en los bolsillos
como en el poema zombi
y yo
volvía zombi
con un montón de palabras
escritas en un papel fino
laminado
cortado en trizas como cáscara
y luego
las masticaba
las humedecía con saliva
y sacaba la lengua
frente a la cámara de cel
para mostrarte un bolo
y me iba a dormir
sin cena

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